El efecto alucinógeno de sapos y ranas fue ampliamente visualizado luego de la emisión del capítulo de Los Simpson “Missionary: Impossible” (Temporada 11). El pasaje de Homero lamiendo ranas quedaría para la posteridad como cita obligada en cada charla referente al uso de sustancias psicoactivas derivadas de especies de anfibios. En efecto, varias especies producen sustancias psicoactivas en la piel, más precisamente, en particulares estructuras glandulares. Sí, Los Simpson educaron generaciones.
En el desierto de Sonora (compartido por EEUU y México) habita una especie de sapo célebremente conocida por sus potentes efectos psicodélicos. El nombre científico de esta maravillosa criatura es Incilius alvarius (antes conocido como Bufo alvarius). Este sapo produce una sustancia conocida como 5-MeO-DMT (5-metoxi-N,N-dimetiltriptamina o Bufoteninametileter) que es cinco veces más potente que su primo DMT (molécula presente en algunas plantas y que también produce naturalmente nuestro cerebro, pero es más conocida por ser la masa madre de la Ayahuasca). La cosa es que al consumir la secreción producida por el sapo se puede vivenciar una profunda experiencia de tipo mística y religiosa. Lo que más resalta de los relatos de quienes han viajado a través del sapo es un sentimiento de “reborn”, como que nacés otra vez, o algo así…
Un poco de historia, de chamanes y química.
Como es el caso de muchas otras sustancias alucinógenas derivadas de plantas, los chamanes de Mesoamérica contemplaban dentro de su cosmovisión a varias especies de anfibios y usaban los dones visionarios del sapo mucho antes del nacimiento de la química farmacológica.
Por más de 100 años, antropólogues y académiques escribieron crónicas de sus visitas a comunidades originarias de Mesoamérica en las que se describía el uso de un sapo en ceremonias religiosas. Por muchos años se asoció esos rituales a la especie Rhinella marina (antes conocido como Bufo marinus), pero en el año 1992 unos científicos apellidados Davis y Weil identifican por primera vez (descubren al mejor estilo Colón) a Incilius alvarius como el responsable del efecto alucinógeno vivenciado en los rituales chamánicos. Curiosamente, la molécula 5-MeO-DMT había sido aislada allá por 1968, eran épocas de aislamiento de moléculas muy interesantes. También, en 1983, un tal Albert Most había publicado un ensayo llamado “Bufo alvarius: el sapo psicodélico del desierto de Sonora” aportando sendos detalles sobre la obtención, uso y efecto de la medicina. No había internet ni Sci-Hub y el acceso a la información era por demás rústico y bastante privado.
En resumen. hasta hace unos años, este sapo y sus propiedades estaban en las bambalinas del universo boutique psiconauta y es durante los años ’90 que se populariza el consumo recreacional de la sustancia enteógena más potente que ha visto la humanidad. La popularidad creció a tal punto que se fundó una iglesia conocida como "La Iglesia del Sapo de la Luz" cuyos feligreses tomaban la sustancia como práctica religiosa (práctica análoga a tomar la hostia los domingos en misa).
Datos recientes indican que durante los últimos 10 años se registró un incremento considerable en la demanda y uso recreacional y terapéutico de 5-MeO-DMT en Europa y EEUU. Sin ir más lejos, hace tres días, Mike Tyson anunció su vuelta al ring luego de 14 años. Mike aseguró que luego de haber consumido los cristales, la medicina le indicó que volviera a pelear (tremendo).
Más allá del uso recreacional, existe evidencia de que el uso terapéutico de 5-MeO-DMT es efectivo para tratar algunas condiciones psiquiátricas como depresión, ansiedad, desordenes de estrés post-traumáticos y uso problemático de sustancias. Poco se sabe sobre esto y el tiempo nos cuenta la historia común a muchas sustancias con potenciales usos medicinales: las instituciones las declaran ilegales, y con ello, se restringe también la investigación sobre sus propiedades.
¿Papá, estás lamiendo sapos?
Otras especies de sapos también ostentan la producción de alcaloides (y otras yerbas) como producto de sus superficies glandulares, entre ellos, bufotoxinas, bufodienol, adrenalina, bufoteninas (entre las que se encuentra el 5-MeO-DMT) y una bocha de otras moléculas de nombres extravagantes. Excepto el 5-MeO-DMT, las demás sustancias pueden ser peligrosas, altamente tóxicas y no van a producir ningún viaje placentero, ni sideral, ni mágico. Lo que hace al sapo del desierto tan especial es que la secreción glandular cuenta con una concentración altísima de 5-MeO-DMT y casi nada de otras toxinas bajoneras. Cabe señalar en este punto que las secreciones glandulares de la familia de los sapos vienen a ser la coraza química anti-depredador que estos animales emplean como mecanismo de defensa. El “sentido” estrictamente biológico de la producción de estas sustancias es funcionar como un veneno que entra por las mucosas del depredador (incluidas las mucosas de les humanes). Queda claro que se desaconseja fuertemente el andar lamiendo indistintamente ranas y sapos por ahí.
¿Pero qué y cómo se consume? ¿Qué se sabe de la extracción de 5-MeO-DMT? ¿Y cómo llega esta sustancia de las glándulas de un sapo oculto en una cueva del desierto de Sonora a Ámsterdam o Nueva York?
Lejos de la visión prohibicionista y moralista sobre el uso de psicoactivos, nos preocupa que el incremento en la demanda del alucinógeno en cuestión termine por impactar negativamente sobre las poblaciones de Incilius alvarius. Se conoce suficiente sobre la extracción y modo de uso, no así sobre las rutas de venta o la cantidad de sapos que se usan en respuesta a la creciente demanda.
La sustancia se obtiene presionando las superficies glandulares que el sapo tiene en la cabeza y en las patas. Lo que se obtiene primeramente es un líquido viscoso de color blanco que luego sufre un proceso natural de evaporación y concentra la sustancia en forma de cristales. Estos cristales con una concentración altísima de 5-MeO-DMT son los que finalmente se consumen en una pipa, es decir, se fuman. Existen varios reportes de ingesta oral de la secreción que terminaron en intoxicaciones agudas y hasta pueden producir la muerte del consumidor. Por eso, una vez más, no está bueno ir lamiendo sapos por ahí.
Parece que de una sola extracción pueden obtenerse varias dosis y que un ejemplar puede ser “drenado” cada dos meses, tiempo que demora en producir nuevamente el veneno. No encontré buena información sobre estimaciones de cantidades de ejemplares utilizados, pero algunas referencias en la web indican que la secreción se obtiene in situ por los facilitadores de las ceremonias y que el animal es liberado posteriormente. Sin embargo, también existen denuncias sobre venta de ejemplares por parte de cazadores que los ingresan al mercado ilegal de fauna para ser comercializados en EEUU y Europa donde se les extraerá el psicoactivo tantas veces como el animal pueda producirlo. También reflexiono que, aunque el animal sea liberado y el procedimiento no cause su muerte, dejar al animal desprovisto de su único mecanismo de defensa es, por lo menos cuestionable y podría tener impactos indirectos sobre la supervivencia.
Para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (o IUCN en inglés), el sapo del desierto de Sonora es una especie de preocupación menor. En otras palabras, no estaría teniendo problemas en cuanto a viabilidad de sus poblaciones. Sin embargo, la evaluación sobre esta especie se realizó en el año 2004 y está claramente desactualizada. Algunas investigaciones más recientes advierten sobre la necesidad de tomar acciones que regulen la utilización de la especie y la extracción de ejemplares de poblaciones silvestres en respuesta a reducciones en el rango distribucional y extinciones locales.
Cabe finalmente poner a consideración algunas cuestiones éticas sobre el uso de esta sustancia, que claramente, anidan en el plano de lo personal. ¿Qué consumir, qué no y por qué? Existe una alternativa al uso de la sustancia en estado natural y es, una vez más, la versión sintética que existe hace muchísimo. Claro que no tendrá la mística que muchos buscan en esa experiencia de conexión con el desierto y otras delicias cósmicas. Sin embargo, desde la mirada del sapo, que ya está conectado con el desierto, parecería irrelevante nuestra humana necesidad.
Aldous Huxley escribió en The Doors of Perception (1954): La única acción razonable es abrir puertas mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos y menos dañinos. No sé si Aldous sabía de sapos, sin embargo resume notablemente esta Noticia Anfibia que habla de drogas, pero también de conservación.
Fuentes:
Venenumbufonis: An overview of its traditional use, natural product chemistry, pharmacology, pharmacokinetics and toxicology. Wei WL, Hou JJ, Wang X, et al. (2019). Journal of Ethnopharmacology. 2019;237:215-235. doi:10.1016/j.jep.2019.03.042
Identity of a New World Psychoactive Toad. Davis W & Weil A (1992). Identity of a New World
Psychoactive Toad. AncientMesoamerica 3(1): 51-59.doi:10.1017/S0956536100002297
Un libro sobre drogas. Muchos autores. El Gato y la Caja. https://beta.elgatoylacaja.com/sobredrogas
The Ethical and Ecological Considerations of Inhaling Bufotoxins from Inciliusalvarius. MalinVedøyUthaug. https://psychedelicstoday.com/2018/10/03/ethics-ecology-bufotoxins/
Inciliusalvarius. California Herps. http://www.californiaherps.com/frogs/pages/i.alvarius.html
Inciliusalvarius. IUCN. https://www.iucnredlist.org/species/54567/11152901
Bufo alvarius: The Psychedelic Toad of the Sonoran Desert. Albert Most. 1983. https://www.erowid.org/archive/sonoran_desert_toad/almost.htm