La Rana Criolla pertenece a la familia Leptodactylidae y alcanza una longitud de 80-110 mm en las hembras y los 90-120 mm en los machos. El cuerpo es ovalado y comprimido hacia la cabeza, con un hocico agudo, y las patas posteriores son muy largas en comparación con las anteriores. El dorso es predominantemente verde con algunos matices de gris o marrón rojizo y cuenta con 8 pliegues longitudinales, los cuales concentran una gran cantidad de glándulas. Además, presenta manchas con bordes blancos (ocelos) orientadas en sentido antero-posterior. Estas comienzan con una mancha triangular entre los ojos (de mayor tamaño) y se transforman en barras transversales de los muslos. El vientre es blanquecino. Esta especie presenta un marcado dimorfismo sexual: los machos son de mayor tamaño que las hembras presentando una complexión muscular muy desarrollada en el pecho y, sobre todo, en los antebrazos. En época reproductiva, los machos tienen callos y espinas negras nupciales bien desarrolladas.
Con respecto al hábitat, puede encontrarse en pastizales, pajonales y sitios arbolados. Incluso pueden vivir en ambientes muy alterados como zonas urbanizadas y agroecosistemas. Construyen nidos de espuma que flotan sobre la superficie del agua donde colocan los huevos que eclosionarán entre 24 a 48 horas posteriores al desove. El nido tiene forma de “anillo” o “dunat” donde se coloca la pareja en amplexo, al mismo tiempo que lo construye. Tienen cuidados parentales prolongados: la hembra protege el nido y a sus larvas, las cuales exhiben un comportamiento gregario. Su dieta es generalista, consistiendo principalmente en artrópodos, pequeños peces, otros anfibios y pequeños mamíferos. Se han reportado casos de canibalismo.
L. luctator está ampliamente distribuida en América del Sur en los países de Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. En Argentina, también tiene una amplia distribución y se encuentra presente en las Provincias de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, San Luis y Santa Fe. Su estado de conservación es de Preocupación Menor a nivel global (IUCN) y No Amenazada a nivel nacional (AHA). Por su gran tamaño, es una especie utilizada para consumo humano y también es capturada para ser utilizada como carnada para pesca.
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